Al otro lado del cristal de los escaparates de una ciudad cualquiera, en el Norte global y pese a la pandemia no ha parado la campaña comercial más importante del año. ¿Juguetes? Las estanterías están repletas. A un lado del pasillo todo es rosa o violeta y muy, muy brillante; al otro, los colores son rojos,  azules y negros, la purpurina desaparece. Los productos pueden llegar a ser completamente diferentes a un lado y a otro. ¿Qué ha pasado? No lo pone en ningún cartel, pero es obvio que la mitad del espacio son los juguetes, disfraces y complementos para niñas, mientras la otra mitad es para los chicos. Bienvenidos al muy rentable reino de las princesas y los guerreros, separados por un invisible muro de prejuicios.

Este año, las ventas en Navidad y Reyes pueden ser similares a las de 2019 si las restricciones  por la pandemia no son excesivamente estrictas, según la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ). Según esta patronal, el sector realiza el 70% de sus ventas en esta época del año.

Juegos y juguetes

Al margen de los objetivos comerciales, el juego es el primer contacto educativo de la infancia. Mediante el juego, niños y niñas van a adquirir patrones sociales que marcarán la conducta de las personas que serán en el futuro. Por ello es tan importante que en esta etapa las familias y los entornos educativos se esmeren en el desarrollo de estrategias pedagógicas que preparen a nuestra infancia para un futuro en igualdad, respeto, reconocimiento mutuo y no violencia.

Es necesario que los niños y las niñas adquieran los conocimientos necesarios para desarrollar conductas que les ayuden al ejercicio de la libertad y el respeto a la libertad de las demás personas.

Los juegos y los juguetes deben responder al objetivo de una sociedad donde hombres y mujeres tienen las mismas responsabilidades sociales y las mismas oportunidades para desarrollar el modo de vida que elijan. Por ello, las niñas y los niños deben desarrollar habilidades de cuidado, de expresión de sentimientos, de resiliencia, de empatía… para poder asumir las necesidades vitales del futuro de manera indistinta, compartida y en igualdad.

El problema de la princesa

En la presentación de su libro “The princess problem” (2014), Rebecca Hains planteaba cómo las reglas del mercado global están determinando la socialización de millones de niñas en el mundo en las últimas décadas. Rebecca Hains es una experta en cultura mediática para niños, profesora de medios y comunicación en la Universidad Estatal de Salem (Massachusetts, Estados Unidos).

“La cultura princesa se hace eco de un problema que se encuentra en los medios de comunicación: la implicación de que la apariencia física es la cualidad más importante de una mujer”, afirma Hains. Para la autora, “las princesas de la cultura pop son parte de una enorme y poderosa máquina de marketing, fomentando el consumismo obsesivo y transmitiendo estereotipos negativos sobre género, raza y belleza a las niñas”. Madres y padres deben desarrollar una variedad de habilidades, desde establecer límites en el uso de los medios de comunicación hasta ayudar a sus hijas a pensar críticamente sobre los estereotipos de los medios y el consumismo. Con esta ayuda, “las niñas pueden armarse con las habilidades y la resistencia que necesitarán para navegar la cultura popular y sus muchos problemas en los años venideros”.

Let Toys Be Toys

Let Toys Be Toys (dejad que los juguetes sean juguetes) es el nombre de una ya veterana campaña en el Reino Unido para la retirada de la distinción por sexo explícita en los productos para la infancia. En la actualidad, ya es frecuente encontrar niñas y niños en los catálogos de la temporada de Navidad y Reyes jugando juntos y a juegos variados, aunque la distinción de colores sin más motivo que el estereotipo (patinete rosa, patinete azul) se mantiene en muchos casos. También las tiendas de juguetes están dejando de ordenar sus estanterías por sexos.

Hay que acabar con el uso sexista de los juegos y juguetes. Debemos superar el estereotipo de “juegos de niñas y juegos de niños” y en esta época de regalos prestar atención a ello. No hay colores para los juguetes de niños o de niñas, sino etiquetas sociales que nos limitan y también forman parte de una engañosa y muy rentable estrategia comercial. Los adultos tenemos la gran responsabilidad de superar nuestros propios condicionantes, secuelas de la educación sexista que sufrimos, y ofrecer a nuestra infancia la posibilidad de desarrollar  sus capacidades, sus gustos y afinidades, superando el mandato de una sociedad que se aferra en perpetuar el sexismo y la tiranía del género. En este sentido, desde la Confluencia Movimiento Feminista queremos compartir la campaña de nuestras compañeras Mujeres Feministas Tomando Partido, de Málaga.

En definitiva:

• Por una infancia libre y feliz , este año desterremos el uso sexista de los juguetes. ¿Jugamos a jugar sin estereotipos de género?
• Elegir juguetes que reúnan a niñas y niños cooperando y compartiendo espacios, tanto públicos como domésticos, les enseña a construir un mundo más igualitario.
• Los niños juegan a las muñecas y las niñas juegan al fútbol: regalemos juguetes que promuevan capacidades variadas, juegos tranquilos o de actividad física, sin diferenciación entre sexos.
• Evitemos videojuegos violentos o sexistas. Hay que escuchar sus peticiones, sin que eso signifique decir sí a todo, cuando la publicidad muestra valores distintos a los que queremos transmitir.
• Busquemos libros en los que estén presentes personajes de ambos sexos en igualdad.
• Ayudemos a nuestras hijas e hijos a pensar críticamente sobre los estereotipos sexistas de los medios de comunicación y el consumismo.

Algunas guías con materiales de utilidad:

➜ http://www.aytosalamanca.es/es/home/documents/guiadejuguetesigualitarios.pdf

➜ https://psicologiaymente.com/desarrollo/efecto-ninas-juguetes-sexistas

➜ https://violenciagenero.igualdad.gob.es/pactoEstado/docs/masquepinkblue.pdf

➜ https://familia.jcyl.es/web/es/mujer/jugar-para-iguales-juguete.html