Durante los pasados 30 de marzo y 1 de abril de 2023 se llevó a cabo en la Ciudad de México la fundación de la así llamada Internacional Feminista a instancias de la Ministra de Igualdad de España, Irene Montero. La convocatoria a tal acto estaba firmada por mujeres pertenecientes al ámbito político de veintiocho países.
Esta acción cuyo objetivo, se dice, es conformar “un espacio transfronterizo de trabajo colectivo y coordinación feminista”, falla en lo esencial pues muestra un claro desconocimiento de lo que es el movimiento feminista toda vez que éste no ha surgido de las cúpulas en el poder aunque lo que persiga sea político. Muy al contrario, a lo largo de su historia, el feminismo se ha visto mermado, obstaculizado, combatido en mayor o menor grado por la clase política de todos los países.
Las integrantes de dicha Internacional son representantes políticas de sus respectivos partidos, los cuales ni enarbolan la bandera de la lucha feminista ni su finalidad primera es propiciar el pleno reconocimiento de las mujeres como sujetos de derecho, mucho menos basan sus programas de trabajo en la agenda feminista.
Denunciamos así que esta Internacional Feminista no nos representa, que el suyo es un acto de suplantación con el afán de apropiarse del trabajo llevado a cabo por el movimiento político y social que es el feminismo, y ya tenemos sobradas pruebas de que su objetivo es subvertirlo desde su raíz: reducir ser mujer a un sentimiento en la mente de un hombre y acabar, así, con las políticas de igualdad orientadas a erradicar la opresión de las mujeres basada, precisamente, en la muy material realidad del sexo, que ningún agresor del mundo ignora. Denunciamos que es una mera estrategia para generar aún mayor confusión en estos momentos tan coyunturales antes que una medida con auténtico interés por el bienestar de las mujeres y, en consecuencia, de todos los seres humanos.
Encontramos indignante que esta Internacional se erija como representante del feminismo mundial puesto que surge de entre la élite política, cuando el feminismo es horizontal. Asimismo, es reprobable que se constituya sin tomar en consideración en ningún sentido a los grupos feministas bien organizados ya existentes en cada ámbito local e internacional. De este modo, tal alineación tan solo reproduce el hacer patriarcal y capitalista que apunta combatir pues surge con espíritu piramidal y no democrático; a la par, se apropia de lo que no le pertenece, y en este caso en particular, de aquello a lo que ha dado claras muestras de ser ajena.
Acciones como la de esta iniciativa de la Ministra española revelan un profundo desconocimiento de la teoría feminista, de su agenda, de su vanguardia; socavan y banalizan el feminismo, ese que nos impulsa a reunirnos para adquirir fuerza precisamente ante las instituciones que estas señoras representan.