Siguiendo la tónica del oscurantismo con el que llevan ya casi cuatro años intentando “colarnos” la conocida como Ley Trans por la puerta de atrás, es decir, secuestrando a la población un debate real sobre las consecuencias de un articulado que poco o nada tiene que ver con los supuestos derechos que dicen defender, el Gobierno de Sánchez Castejón ha abierto el periodo de alegaciones contra el anteproyecto de esta ley con agostidad y alevosía. Sumando a ello el hecho de que durante los primeros cuatro días de plazo (26, 27, 28 y 29 de julio) fue imposible subir las alegaciones a la página del Ministerio de Igualdad destinada para tal fin, sin que a día de hoy se haya dado ninguna explicación sobre este fallo “¿técnico?”.
Ni una sola de las leyes destinadas a la protección de los derechos de las mujeres ha sido llevada adelante con estas inusitadas prisas, pero eso no parece preocuparle a nadie. ¿Dónde está la necesidad imperiosa de abrir alegaciones en pleno mes de agosto a un anteproyecto de ley que la propia ministra de Igualdad, Irene Montero, ha calificado como histórico? ¿Por qué este nuevo y burdo intento de acelerar la aprobación de esta ley de forma antidemocrática y con una falta absoluta de trasparencia? Todo apunta a que las intenciones no son otras que dificultar que la ciudadanía participe en el proceso de alegaciones y se informe adecuadamente de las graves consecuencias que traería para las mujeres y la infancia la aprobación de una ley que, como hemos explicado en muchas oportunidades, viola artículos fundamentales de las leyes de Igualdad y Contra la Violencia Machista; se fundamenta en principios acientíficos y atenta de forma irreversible contra la salud física y mental de la infancia y adolescencia.
Pero pensar que iban a pillar desprevenido al Movimiento Feminista solo demuestra que tanto el Ministerio de Igualdad como el Gobierno en general de feministas tienen más bien poco: el feminismo lleva 300 años sin descansar, las feministas sabemos que estar alerta a toda hora y cualquier día del año salva nuestras vidas. Así, el próximo miércoles 4 de agosto, a las 18.00 horas (hora española), tanto desde esta página web como desde nuestras redes daremos a conocer nuestra contundente respuesta ante esta nueva ofensiva, y os pedimos que estéis atentas, porque de todas depende que no se manipulen nuestras alegaciones (como ya ha sucedido recientemente con otros anteproyectos de Ley de este Gobierno), ni que encuestas tendenciosas y muy poco claras distorsionen la percepción de las ciudadanas y ciudadanos españoles frente a un despropósito jurídico que comprometería de forma clara los Derechos Humanos, sí, en esta ocasión sí, de mujeres e infancia.
No permitiremos que se administren bloqueadores de la pubertad (con medicamentos usados para el tratamiento del cáncer de próstata y la castración química de delincuentes sexuales) a nuestras hijas e hijos mientras que el Reino Unido, Suecia y Finlandia los prohíben por sus gravísimos efectos secundarios irreversibles. No permitiremos que la autodeterminación avale la ocupación de los espacios seguros y cupos de mujeres y niñas. No permitiremos que nos vendan al ultraneoliberalismo del Big Data y el Big Pharma por un plato de lentejas.
Difunde esta alerta entre tus contactos, tanto en España como en el extranjero, porque la implantación de estas leyes ultraneoliberales transhumanistas es asunto de todos los seres humanos: #Alerta4Agosto.